La primera novela de Flannery O'Connor apareció en tiempos de buena cosecha para la narrativa estadounidense. Un año antes se había publicado El guardián en el centeno; el mismo año surgieron El viejo y el mar, Al este del Edén y El hombre invisible. Con todo, Sangre sabia se hizo un hueco en la crítica y desde entonces su prestigio no ha hecho más que crecer, sobre todo a partir de la versión cinematográfica de John Huston, que la elevó a categoría de mito.
Asimismo, Mary Flannery O'Connor (1925-1964) se convertiría en uno de los nombres más destacados del panorama literario con una obra breve pero intensa, compuesta esencialmente de relatos.
El autor bucea en la historia personal de la escritora y descubre las claves biográficas que conforman la peculiar arquitectura de sus escritos; claves que van desde su origen sureño y católico hasta su admiración por Poe, Joyce y Faulkner, pasando por su grave enfermedad, su vitriólico sentido del humor, su extrema timidez o su afición a las aves.
Tras años de rigurosa investigación, Brad Gooch presenta en Flannery O'Connor un texto esencial para conocer mejor a la autora que una vez escribió: «Provengo de una familia donde la única emoción respetable es la irritación. En algunos esta tendencia provoca urticaria; en otros, literatura. En mí, las dos cosas».